Las preguntas clave:
¿Qué preparo que pueda sorprenderlos? ¿Les gustará? ¿Me dará tiempo? ¿Y si me paso de creativo? Y así comenzaba el almuerzo.
INGREDIENTES:
Una buena presentación de los platos/bandejas (o tuppers…!)
Un sabor para chuparse los dedos
Dedicación ¡un buen puñado!
Cariño, 10kg por lo menos… que no falte.
Y por supuesto, el ingrediente secreto: su pizca de “Factor inesperado”
Desde unos huevos rellenos personalizados con los nombres del equipo, hasta un plato típico de Venezuela, pasando por deliciosas pastelas y postres de infarto (de ricos que estaban, claro) fueron los platos que compusieron el menú de nuestro primer día de actividades y contenidos internos.
Como en todo, siempre hay imprevistos. También tuvimos el gustazo de probar un gazpacho envasado, ¡recién salido de la huerta del súper!
Todos fuimos el jurado de aquel banquete, puntuando según diferentes criterios, el plato que más nos había sorprendido. Y como si de una historia de amor platónico se tratara, limón y merengue suizo se hicieron uno y consiguieron enamorar a gran parte del equipo alzándose con el premio de “La Receta más sorprendente”.
Además de con el estómago lleno de sabores, acabamos sorprendiéndonos los unos a los otros, uno de los objetivos claros de las Jornadas.
La creatividad se trabaja. Sorprendámonos nosotros y conseguiremos sorprender a los demás.
Lo que no se espera no se olvida.